Durante las Jornadas, hace ya 3 meses, sacamos tiempo extra para entrevistar a los invitados.
La idea era hacer algunas preguntas básicas para ver cómo nos respondían, a las mismas preguntas, personas que venían de contextos culturales/políticos/sociales tan diferentes. Y eso va en sintonía con los objetivos de las Jornadas.
Las entrevistas giran sobre los conceptos/mecanismos de organización interna, comunicación, financiación y el siempre espinoso tema de la clonación del discurso de estos espacios autónomos por parte de las intituciones culturales/políticas formales.
Empezamos a transcribir esas entrevistas y las iremos publicando aquí.
Empezamos por jd, miembro de La Casa Invisible, de Málaga. Empezamos por jd básicamente porque fue el primer archivo que seleccioné..., pero La Invisible también fue la primer presentación de las Jornadas. Y por otro lado, la Casa Invisible es una de las (grandes) razones por las que el tema de este año de las Jornadas fueron los espacios culturales autónomos... olé!
LA CASA INVISIBLE (MÁLAGA) [jd]
La Casa es un espacio, un organismo vivo alimentado por la energía de
cientos de personas que, a su vez, forman parte de distintos
colectivos; en mi caso, por ejemplo, tengo un background como artista
visual y el trabajo desarrollado en Rizoma, un proyecto de
investigación sobre cultura y territorio. La Casa está formada por
gente así, cada una viene de sus campos específicos.
Trabajamos en red y estamos conectados con gente de Andalucía y del
resto del Estado; es una dinámica propia en la que si bien tenemos una
especie de apéndice electrónico -que nos permite estar conectados por
mails, comunicandonos online, por teléfono, etc...-, trabajamos en
colaboración directa con el resto de los compañeros. La gente propone y
colabora: organizando una actividad o como participantes. No veo otra
posibilidad de hacer el trabajo sin esa red de apoyos, relaciones y
colaboraciones: la clave está en su estructura, sus distintas
intensidades, las relaciones que se mantienen dentro y entre ellas, y
esas resonancias, la vibración común que se puede dar entre distintos
cuerpos. Sin esa conexión entre personas, entre organizaciones, entre
lugares, entre ciudades, entre formas de pensar..., no habría manera de
trabajar. Sólo somos algo, por decirlo así, un cuerpo, porque estamos
trabajando conectados de esa manera.
Antes de que existiera la Casa Invisible nos conocíamos, colaborábamos
en distintos proyectos, pero La Casa nos ha dado una especie de
presencia... una especie de cuerpo. La Casa nos ha dado la relación
física, más allá de la relación de conexión a distancia. Es necesario
estar conectados, estar en contacto con gente de todas partes, pero es
necesario también verse, hacer cosas juntos... CSO es Centro Social
Ocupado, pero en nuestro caso es a la vez CsO: Cuerpo sin Órganos. La
Casa funciona como una especie de nodo, que pone en conexión ciertas
relaciones, internas y con otros nodos: estas relaciones son lo
importante, no el nodo en sí; si fuera al contrario, La Casa habría
devenido en institución, en el sentido habitual del término.
-Pero ese nodo está organizado de alguna manera, no?
La organización es mínima, difusa y completamente horizontal. Como
sabes, La Casa se ocupó por un colectivo de personas y vecinos que
actuaron bajo el nombre de Creadores Invisibles; esa estrategia define
muy bien el espíritu de La Casa: no hay cabeza visible en ella; a los
que en determinado momento nos pueda tocar ser visibles (hoy me toca a
mí estar aquí, pero mañana vendrá otra persona...), actuamos de modo
vicario, sustituyendo a quien habla por sí misma, La Casa; entiendo que
sólo podemos hablar en verdad de alguna de las cosas que la
multiplicidad de La Casa genera y siempre sin pretender representarla
como un todo. Sólo La Casa habla por sí misma; los que hablamos por
ella, ofrecemos acercamientos, perspectivas, tratamos de ser fieles...
en realidad sólo hablamos del particular agenciamiento de la Casa con
cada uno de nosotros.
Hay decenas de personas involucradas en la gestión, en la creación de
espacios, de actividades; todo funciona por apoyo mutuo y colaboración.
Si se propone un proyecto, cada uno colabora en la medida de sus
posibilidades. Hay también gente que prefiere cumplir el papel de
simple usuario; y hay quien alterna ambos roles.
Todos los lunes hay una asamblea general donde se debaten los temas
pero no se vota, no tiene capacidad decisoria inmediata, las decisiones
nacen a partir de consensos... En la asamblea se plantea una discusión,
y luego, en el espacio entre asambleas, van surgiendo esos consensos, y
la gente va transformando sus planteamientos. La Casa nos conforma:
estamos para obedecer a La Casa. Un sitio maravilloso para estar, pero
sobre todo, un sitio para trabajar.
Hay un sistema de organización mínimo: unos turnos de puerta, unos
turnos de mantenimiento de la Casa; también una tetería, una
cooperativa de restaurante con comida a buen precio. Ese dinero se
revierte en la Casa, para el mantenimiento...
"CSO es Centro Social
Ocupado, pero en nuestro caso es a la vez CsO: Cuerpo sin Órganos. La
Casa funciona como una especie de nodo, que pone en conexión ciertas
relaciones, internas y con otros nodos: estas relaciones son lo
importante, no el nodo en sí; si fuera al contrario, La Casa habría
devenido en institución, en el sentido habitual del término."
-Y la financiación para las actividades de dónde viene?
De aportaciones personales, el trabajo es voluntario. Y de actividades
específicas, conciertos, etc... La palabra subvención no entra ahora
mismo en el planteamiento. Planteamos una estrategia de mantenimiento
de La Casa, que se quede en Málaga, y hemos presentado un proyecto al
Ayuntamiento: que el Ayuntamiento mantenga la propiedad de la Casa y
nosotros proponemos los usos.
Se hacen proyectos de carácter cultural, social, etc, que llevan
aparejados un presupuesto determinado, y se busca financiación para
esos costes que puede ser privada y puede venir también del campo de lo
público. Pero es diferente plantearse las cosas en términos de
financiación que en términos de subvención. Llevamos un año de
actividades continuadas sin pedir ni necesitar subvenciones.
La subvención nace porque hay unos presupuestos públicos a los que se
accede por un sistema de concurso. Nosotros nos posicionamos de forma
más activa. Planteamos un presupuesto, vemos los costes, y a partir de
ahí se busca una financiación, y ahí pueden entrar todo tipo de
mecanismos. Entiendo que toda producción cultural debe ser financiada,
y todo trabajo que se haga en cultura y en trabajo social debe ser
financiado. ¿De qué manera? Eso es lo que estamos discutiendo. Todo el
mundo tiene derecho... hay que aspirar a que todo el mundo cobre por su
trabajo.
[en las reuniones de Mayo, un mes después de esta
entrevista, se aceptó la posibilidad de esta fórmula, aunque hasta
ahora no se solicitado subvención alguna].
-Y por qué la cultura como canal para llegar a la sociedad, como
imán, como vehículo?
Bueno, el conjunto de expresiones de la sociedad es lo que forma la
cultura; sus costumbres y prácticas, la creación de lenguaje, de
maneras de decir, la creación de representaciones. No hablamos nunca de
cultura como algo aislado de su contexto, reducida a una cuestión
meramente estética. Atendemos de manera natural al contexto social
donde nace; no es una decisión estratégica: cultura y sociedad son
palabras ligadas, no tienen sentido la una sin la otra.
-En qué escalas geográficas trabajan en La Casa Invisible?
Trabajamos a todas escalas. Estas Jornadas Krax es un ejemplo de
conexión internacional, donde el trabajo de Málaga se está poniendo en
conexión con el trabajo de México DF o de Mumbai o de Barcelona. No
entendemos lo internacional como algo separado. Hay gente que tiene las
mismas perspectivas sobre el trabajo en sociedad y cultura, y en ese
sentido formamos parte de ese gran río. Nuestro plural son muchos
plurales. Compartimos experiencias porque aprendemos los unos de otros.
Ayer me decía una de las compañeras del Patio Maravillas que La Casa
Invisible les ha servido a ellas para su desarrollo estratégico; pero
La Casa Invisible no hubiera sido posible sin la experiencia de la Casa
de Iniciativas, una experiencia de okupación pionera en Málaga. En el
salto de la Casa de Iniciativas a La Casa Invisible ha habido una
extensión del rol que se juega en la sociedad malagueña. Se ha ampliado
el número de grupos y de personas involucradas, y por tanto las
perspectivas. Todo lo que vamos haciendo forma parte de un proceso de
aprendizaje de especial importancia: entendemos que La Casa Invisible
es un espacio de aprendizaje, y este aprendizaje se transmite también
para otras experiencias que van naciendo.
Antes hablábamos del trabajo en red y de cómo estamos conectados, hasta
el punto de que lo internacional actúa también a escala local. Por
ejemplo, mañana, el debate sobre los barrios: evidentemente un barrio
de México con dos millones de habitantes tiene características
diferenciadas con un barrio de Mumbai, de Barcelona o nuestro barrio de
Málaga que no tiene casi población, que dejó de ser barrio y que renace
como tal gracias a La Casa. Pero nos es de mucha utilidad comparar
experiencias y modos de hacer, situar en el mismo plano realidades
diferentes y comparar cómo se actúa en cada caso.
"Hay gente que tiene las
mismas perspectivas sobre el trabajo en sociedad y cultura, y en ese
sentido formamos parte de ese gran río. Nuestro plural son muchos
plurales. Compartimos experiencias porque aprendemos los unos de otros."
-Les ha pasado que el discurso político/institucional haya clonado
vuestro discurso?
Todavía no nos ha pasado, pero ese peligro siempre va a estar ahí.
Es algo que puede ocurrir, y que tenemos que saber valorar. Hay que
estar vigilante en esas cosas. La creatividad, la creación, la cultura,
es, ante todo, creación de lenguaje. Nosotros estamos creando lenguaje
mediante signos visuales, mediante palabras, mediante maneras de hacer
las cosas. Eso lo transmitimos a nuestro grupo, a nuestros amigos, pero
también a gente ajena o con la que no tenemos que ver, también a esas
instituciones. Es cierto que parte de ese lenguaje acabará asumido por
esas instituciones, pero, lentas por naturaleza, cuando eso llega a
ocurrir, ya hemos avanzado y nos encuentran resituados en otra
posición; trabajadores del lenguaje, no nos detenemos, el proceso es de
creación continuada. Se trata de transformar la relación entre el poder
y la ciudadanía, para que sea más horizontal, que el poder esté más
distribuido, que obedezca a las necesidades de los ciudadanos...
-Y entonces, cómo es la relación con las instituciones locales y
regionales?
La Casa, el edificio, es propiedad de Ayuntamiento, que está
tratando de abrir el debate sobre La Casa y el futuro del proyecto a la
Junta de Andalucía, a la Universidad y a la Diputación. El Ayuntamiento
dice que nuestro proyecto tiene mucho interés, pero quiere el espacio
para un proyecto de ellos, sin interés... (risas).
El Ayuntamiento no es un aliado, no participamos de su planteamiento de
ciudad: una ciudad escaparate estilo Barcelona, algo que aquí ya está
claramente en crisis y que ahora, lustros más tarde, se quiere
implementar en Málaga.
Así que de momento estamos negociando nuestro derecho a estar en este
edificio, un edificio propiedad del Ayuntamiento que recordemos que es
la institución de los ciudadanos ayuntados. Como el Ayuntamiento no nos
ofrece espacios de ese tipo en los que podamos desarrollar nuestras
iniciativas, hemos ocupado un espacio para hacerlas posibles. La
expresión pura de una necesidad que tenía nuestra ciudad. Esta es
nuestra legitimidad.
"Es cierto que parte de nuestro lenguaje acabará asumido por las instituciones, pero, lentas por naturaleza, cuando eso llega a
ocurrir, ya hemos avanzado y nos encuentran resituados en otra
posición; trabajadores del lenguaje, no nos detenemos, el proceso es de
creación continuada."
-Y a largo plazo?
El futuro no existe. No me lo planteo... Ahora estamos en una
situación delicada, seguiremos con actividades relacionadas con Mayo
del 68 y con Mayo de 48 (cuando Israel se instituyó en la Palestina
histórica). Pero luego cerraremos temporalmente el resto de
actividades. Demasiadas actividades, muchas energías, pocos medios...
Entonces abriremos un pequeño periódo de reflexión para plantearnos
estos temas de planificación: personalmente soy partidario de hacer
menos actividades, de más calado y a medio plazo. Entonces, sí, estamos
trabajando en el futuro. Je, el futuro lo estamos haciendo cada día.
Pero claro, es un espacio abierto, habitado por cientos de personas,
gente de todos los colores, gente inmediatista, gente que pasa... ¿Cómo
vivo eso? Bien, es curioso. Se convive. Es muy fuerte, porque todo se
resuelve mediante consenso. La Casa ha creado un buen rollo y un punto
entre la gente que hace que los conflictos se solucionen...
La Casa es la que habla siempre, allí las personas somos invisibles. No
hay nombres, profesiones, status, curriculums... es La Casa. Ese es el
espíritu. Nunca se consigue al 100%, pero por ahí va la historia...
"Se convive. Es muy fuerte, porque todo se
resuelve mediante consenso. La Casa ha creado un buen rollo y un punto
entre la gente que hace que los conflictos se solucionen...
La Casa es la que habla siempre, allí las personas somos invisibles. No
hay nombres, profesiones, status, curriculums... es La Casa. Ese es el
espíritu. Nunca se consigue al 100%, pero por ahí va la historia..."
Barcelona, Abril 2008.
Gracias a Nuria Reguero.
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